La Contradanza en Cetina
La Contradanza de Cetina, conocida como mojiganga hasta el siglo XVIII, es un espectáculo único en su género, una creación popular con elementos dispersos de distinta procedencia y antigüedad, es una fiesta ritual de plenilunio con iluminación de teas e intervención de un diablo. Se interpreta la noche del 19 de Mayo, festividad de San Juan Lorenzo patrono de la villa y a quien va dirigido.
La contradanza es un espectáculo realizado por nueve hombres jóvenes. Cuatro de ellos vestidos con trajes negros y adornos sobrepuestos en blanco, los otros cuatro llevan trajes blancos con los adornos en negro, y los ocho semejantes a los de esqueletos de algunas danzas de la muerte. Los ocho cubren su rostro con caretas. El noveno lleva un traje rojo con flores y puntillas blancas, es el único que no cubre su cara con una careta, la cara la lleva tiznada y lleva una gran boina roja con una borla colgante, es el diablo, el personaje que dirige el baile.
Todas las mudanzas o cuadros plásticos se realizan en la oscuridad, iluminados únicamente por diez hachas o antorchas encendidas, fabricadas con cuerdas trenzadas y embadurnadas con pez.
Se compone de un número variable de mudanzas o cuadros plásticos, terminando con una pantomima en la que el diablo es ejecutado. La música de la Contradanza, monótona y repetitiva, es acompañada por clarinete y tamboril. La coreografía es dirigida por palmadas y cada mudanza recibe un nombre descriptivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario