Carmen SalvadorTena,(Administradora)

miércoles, 10 de septiembre de 2014

ANTE LA DIADA


CON PREOCUPACIÓN ante la situación que desde hace tiempo se plantea ante Cataluña, pero sobre todo con inquietud ante las informaciones contradictorias que se están dando del uso de la HISTORIA, la falta de rigor científico, la manipulación y falsedades que están dañando la convivencia en este país llamado España, me vais a permitir esta página.

Explicar en profundidad las causas y consecuencias de un hecho histórico, detenerse en leer, estudiar aunque sea a nivel de una mera divulgación, por supuesto no a nivel especializado ni en una investiación sesuda y exaustiva, es demasiado farragoso, mejor es dar consignas fáciles, que repetidas mil veces calan en el pueblo aunque sean mentiras, ya se sabe las ténicas de Goebels.

Me alegro de haber encontrado este artículo de La Vanguardia Digital, después de algunas horas de búsqueda de informaciones que no parezcan "agresivas" a algunas posiciones nacionalistas para explicar el hecho de La Diada :


En 1988, poco después de haber dejado la dirección general de Promoció Comercial de la Generalitat de Catalunya, publiqué el libro La Catalogne (Presses Universitaires de France), donde hacía un análisis de la incuestionable especificidad catalana. En aquel momento casi nadie hablaba de independencia de Catalunya y sí de mejorar la relaciones con el resto de España en el marco de la Constitución Española de 1978 y el Estatut d'Autonomia de Catalunya.

Tras la decisión del Parlament de Catalunya de declarar el 11 de septiembre Diada Nacional de Catalunya (ley 1/1980 de 12 de junio) se ha ido reafirmando oficialmente la conmemoración de tal fecha como una cita reivindicativa cuya primera celebración se había producido en plena exaltación romántica en 1886.

La figura de Rafael Casanova, último conseller en cap antes de que la resistencia austriacista cediera al impulso de las fuerzas borbónicas el 11 de septiembre de 1711, se ha ido magnificando desde aquel primer recuerdo oficial del Ayuntamiento de Barcelona de dedicarle una calle del nuevo ensanche Cerdà en 1863 y de poner una estatua suya -junto a las de otros prohombres de la historia de Catalunya- en la avenida de entrada a la Exposición Universal de Barcelona de 1888.

Esta estatua luego se trasladaría al lugar que hoy ocupa y que coincide con el lugar aproximado en que Casanova cayó herido durante el ataque de las tropas francesas del duque de Berwick en el asalto que ponía fin a una resistencia que el propio Casanova había considerado que resultaría estéril, pero que tuvo que dirigir para cumplir el mandato fanatizado religioso de los brazos que podían decidir sobre resistir o negociar, olvidando que el candidato austriacista a la Corona española se había retirado de la lucha por el trono de España tras el tratado de Utrecht dejando el campo libre a Felipe V para instalarse en el poder conforme al testamento de Carlos II el Hechizado.

Esta es la historia, pero la utilización que se está haciendo ahora del 11 de septiembre traiciona el espíritu de Casanova, pues se le asocia a la consulta que se propone para el 9 de noviembre y que los independentistas querrían que se convirtiera en un referéndum a favor de la independencia de Catalunya. Este no fue el espíritu que presidió el quehacer de Casanova, que, tras retirarse herido en la defensa de Barcelona, obtuvo el perdón de Felipe V y ejerció con normalidad como abogado hasta su fallecimiento en 1743.

La proclama de Casanova, como conseller en cap, el propio 11 de septiembre de 1714, ilustra claramente esta asintonía. La proclama decía: "Se fa saber á tots (...) que la deplorable infelicitat de esta ciutat, en què avuy resideix la llibertat de tot lo Principat y de toda Espanya (...) pero com tot se confía, que tots com verdaders fills de la patria, amants de la llibertat, acudirán als llochs senyalats á fi de derramar gloriosament seva sang y vida, per son Rey, per son honor, per la patria y per la llibertat de tota Espanya".
Deducir de estas palabras que Casanova luchaba por la independencia de Catalunya es, pues, una invención que se ha visto fomentada en los últimos meses tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut Maragall y por la presión de algunos partidos y grupos sociales aprovechando el tricentenario y las fricciones de gobernanza Moncloa-Generalitat. Con esto, entiéndaseme bien, no pretendo negar que Casanova prefería una España descentralizada a lo austriacista que una España centralizada a lo borbónico, como se impondría con el decreto de Nueva Planta.

El independentismo catalán merece todo mi respeto, pero no debería basarse en reinterpretaciones erróneas de la historia real de este país y de las relaciones de Catalunya con el resto de España.


Leer más: http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20140908/54415754372/rafael-casanova-proceso-catalan-francesc-granell-opi.html#ixzz3CqvNWhJh
Síguenos en: https://twitter.com/@LaVanguardia | http://facebook.com/LaVanguardia



No hay comentarios:

Publicar un comentario