LOS MAYOS DE ALBARRACIN
Son propios de la sierra de Albarracín. Su fiesta se celebra el 30 de abril. Es una celebración privada, de cuadrillas, que cantan a las mozas del lugar, con coplas que adornan el cuerpo a la vez que lo describen. Ese día los mozos se reunen en una casa o taberna, donde meriendan platos fuertes; tras la merienda, se procede a la subasta de las mayas mediante pública subasta; quien más dinero ofrece se lleva la más guapa, bajo el compromiso de acompañarla a misa mayor y comenzar el baile con ella. La fiesta comienza con el canto de los mayos a la Virgen María en alguna de las iglesias de la localidad. A continuación dan comienzo por todo el pueblo las coplas que los mayos dedican a sus mayas, la cuales son introducidas por medio de una jota, acompañada de guitarras y bandurrias, un número variable de estrofas y finalmente una jota de despedida. Algunas de las estrofas más destacadas son estas:
No hay pluma que sirva,
Ni pintor, poeta,
Ni pincel que copie,
Tu gentil belleza.
Ni pintor, poeta,
Ni pincel que copie,
Tu gentil belleza.
Estos son tus ojos,
Luceros del alba,
Que cuando los abres,
La noche se aclara.
Luceros del alba,
Que cuando los abres,
La noche se aclara.
Tras toda la noche de ronda a las mayas, los mozos suelen almorzar y calentarse en casa de alguna de las mayas.
Unas semanas después los mozos se juntan para adornar con hiedra y flores de mayo un carro de mulos que les sirve para ir a recoger huevos por todo el pueblo al domingo siguiente. Se levantan con el alba, aparejan el mulo, retocan los adornos del carro y se dirigen a casa de la maya más cercana, a la que le cantan estos versos:
Unas semanas después los mozos se juntan para adornar con hiedra y flores de mayo un carro de mulos que les sirve para ir a recoger huevos por todo el pueblo al domingo siguiente. Se levantan con el alba, aparejan el mulo, retocan los adornos del carro y se dirigen a casa de la maya más cercana, a la que le cantan estos versos:
A por huevos venimos,
Sin los huevos no nos vamos,
Y si no nos dan los huevos.
A la maya nos llevamos.
Sin los huevos no nos vamos,
Y si no nos dan los huevos.
A la maya nos llevamos.
La maya responde abriendo la puerta a la cuadrilla y depositando una docena de huevos en la cesta del carro, mientras la ronda se aclara la voz con mistela y cazalla o aguardiente, que acompañadas de magdalenas y mantecados les ofrece la madre.
Esta misma escena se repite casa por casa y por todo el pueblo, aumentando la alegría a medida que los estómagos se van llenando de licor y pastas.
Llegado el día de San Juan, se celebra la merienda de mayos con el dinero obtenido de la subasta y venta de las docenas de huevos recogidas. A ella acuden mozos y mozas, eligiendo para tal celebración un paraje con sombras y agua.
La noche anterior a la celebración de la merienda de los mayos, muchos jóvenes, en cuadrillas, suelen enramar las puertas, ventanas y balcones de su maya, decorándolas con hiedra, ramas de pino o alguna otra planta decorativa y algun que otro dulce oculto entre los adornos.
Esta misma escena se repite casa por casa y por todo el pueblo, aumentando la alegría a medida que los estómagos se van llenando de licor y pastas.
Llegado el día de San Juan, se celebra la merienda de mayos con el dinero obtenido de la subasta y venta de las docenas de huevos recogidas. A ella acuden mozos y mozas, eligiendo para tal celebración un paraje con sombras y agua.
La noche anterior a la celebración de la merienda de los mayos, muchos jóvenes, en cuadrillas, suelen enramar las puertas, ventanas y balcones de su maya, decorándolas con hiedra, ramas de pino o alguna otra planta decorativa y algun que otro dulce oculto entre los adornos.
http://www.terueltirwal.es/teruel/folclore_turolense.html
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