JUEVES SANTO EN UN PUEBLO DE TERUEL
La vida me ha llevado a sitios diferentes del pueblo dónde nací, del pueblo donde pasé mi infancia y mi juventud, llevo más tiempo residiendo fuera de el que en el, ahora estoy viendo cofradías sevillanas dónde la belleza de los momentos llegan al sentimiento a través de los sentidos, los colores , la perfección de cada detalle de los pasos, los palios, los olores, los sonidos......todo el ritual que precede y antecede, la Gran Ópera Barroca, la gran puesta en escena de la manera de entender la religiosidad popular de un pueblo que pasó casi directamente de la Edad Media musulmana al Barroco de Trento, y disfrutando de tanta belleza no puedo dejar de pensar que este año no estaré con mi tambor en la plaza del pueblo
Desde pequeña muy pequeña, en mi casa se vivía la Semana Santa ya desde la cuaresma muy intensamente y escuchaba expresiones como : "hay que ir a comprar la bula" o "este año viene un predicador para el "setenario" que dice el mosén que es muy bueno" o "me ha tocao la vela con la ...." El predicador era aterrador, ciertamente, sobre todo el viernes de dolores que con los altares cubiertos de telas negras los rosarieros cantaban el "Miserere mei deus". El Jueves Santos estaba marcado por las confesiones matutinas para poder cumplir con "La Pascua Florida", ir a los oficios a media tarde dónde unos hombres se descalzaban y el cura les lavaba los pies y sobre todo los alabarderos tocaban dentro de la iglesia mientras se trasladaba al Monumento que previamente las mujeres habían adornado con sus mejores calas.
A medianoche los hombres salían a "Romper la hora" con sus bombos y tambores a la plaza y luego recorrían el pueblo con sus amigos tocando, era una cosa de hombres y las mujeres miraban cómo tocaban, la verdad es que el papel de las mujeres era el de coser las túnicas,( algunas como regalo de novios) planchar los terceroles y cogerles los pliegues, además de preparar a las niñas para que salieran de angelitos o samaritanas y hebreas, decían que era para representar el temblor de la tierra cuando Jesucristo murió en la cruz y ciertamente eso parecía.
Cuando fui más mayor empecé a querer tocar igual que hacía mi padre, mi tío, mi vecino y mi hermano que era más pequeño que yo y sin embargo yo no podía y ellos sí, así con mis amigas empezamos a tocar el tambor, con túnicas prestadas, eran los sesenta y parecía que todo empezaba a cambiar, porque el monstruo de Calanda , Luis Buñuel, ponía en valor en sus películas sus ancestros tamboriles desde París, en Híjar Mariano Laborda, hombre con influencia en el régimen y gran amante de su pueblo, reivindica a nivel regional la calificación de fiesta de interés cultural para los tambores de Híjar, comienza por entonces las exibiciones y concursos en Zaragoza de cofradías de la ciudad y pueblos en los que se toca el tambor y el bombo. Será la toma de conciencia de ese patrimonio etnológico, otra forma de religiosidad popular española que se irá reafirmado y ampliando cada año más con una participación más numerosa de gente que ya sí pueden tener un buen tambor, y una túnica para cada miembro de la familia
y desplazarse todas las Semanas Santas a sus casas que un día abandonaron, a sentirse miembro de su comunidad, de su grupo familiar y de amigos ( hay "familias de bombo y de tambor") y eso mismo ocurrirá en todos los pueblos de lo que se llamará RUTA DEL TAMBOR Y EL BOMBO.:
Ver enlaces en las páginas de Ruta del Tambor y el Bombo.
Actualmente de forma bianual se congregan todas las poblaciones en las que el toque del tambor es elemento común en Semana Santa en las comunidades de Aragón, Andalucía ( Baena), Murcia y Valencia.
La vida me ha llevado a sitios diferentes del pueblo dónde nací, del pueblo donde pasé mi infancia y mi juventud, llevo más tiempo residiendo fuera de el que en el, ahora estoy viendo cofradías sevillanas dónde la belleza de los momentos llegan al sentimiento a través de los sentidos, los colores , la perfección de cada detalle de los pasos, los palios, los olores, los sonidos......todo el ritual que precede y antecede, la Gran Ópera Barroca, la gran puesta en escena de la manera de entender la religiosidad popular de un pueblo que pasó casi directamente de la Edad Media musulmana al Barroco de Trento, y disfrutando de tanta belleza no puedo dejar de pensar que este año no estaré con mi tambor en la plaza del pueblo
Desde pequeña muy pequeña, en mi casa se vivía la Semana Santa ya desde la cuaresma muy intensamente y escuchaba expresiones como : "hay que ir a comprar la bula" o "este año viene un predicador para el "setenario" que dice el mosén que es muy bueno" o "me ha tocao la vela con la ...." El predicador era aterrador, ciertamente, sobre todo el viernes de dolores que con los altares cubiertos de telas negras los rosarieros cantaban el "Miserere mei deus". El Jueves Santos estaba marcado por las confesiones matutinas para poder cumplir con "La Pascua Florida", ir a los oficios a media tarde dónde unos hombres se descalzaban y el cura les lavaba los pies y sobre todo los alabarderos tocaban dentro de la iglesia mientras se trasladaba al Monumento que previamente las mujeres habían adornado con sus mejores calas.
A medianoche los hombres salían a "Romper la hora" con sus bombos y tambores a la plaza y luego recorrían el pueblo con sus amigos tocando, era una cosa de hombres y las mujeres miraban cómo tocaban, la verdad es que el papel de las mujeres era el de coser las túnicas,( algunas como regalo de novios) planchar los terceroles y cogerles los pliegues, además de preparar a las niñas para que salieran de angelitos o samaritanas y hebreas, decían que era para representar el temblor de la tierra cuando Jesucristo murió en la cruz y ciertamente eso parecía.
Cuando fui más mayor empecé a querer tocar igual que hacía mi padre, mi tío, mi vecino y mi hermano que era más pequeño que yo y sin embargo yo no podía y ellos sí, así con mis amigas empezamos a tocar el tambor, con túnicas prestadas, eran los sesenta y parecía que todo empezaba a cambiar, porque el monstruo de Calanda , Luis Buñuel, ponía en valor en sus películas sus ancestros tamboriles desde París, en Híjar Mariano Laborda, hombre con influencia en el régimen y gran amante de su pueblo, reivindica a nivel regional la calificación de fiesta de interés cultural para los tambores de Híjar, comienza por entonces las exibiciones y concursos en Zaragoza de cofradías de la ciudad y pueblos en los que se toca el tambor y el bombo. Será la toma de conciencia de ese patrimonio etnológico, otra forma de religiosidad popular española que se irá reafirmado y ampliando cada año más con una participación más numerosa de gente que ya sí pueden tener un buen tambor, y una túnica para cada miembro de la familia
Ver enlaces en las páginas de Ruta del Tambor y el Bombo.
Actualmente de forma bianual se congregan todas las poblaciones en las que el toque del tambor es elemento común en Semana Santa en las comunidades de Aragón, Andalucía ( Baena), Murcia y Valencia.
Rectificación : La convocatoria nacional de todos los pueblos que tienen al TAMBOR como símbolo de la Semana Santa es ANUAL
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