RETABLO DE LOS CORPORALES DE DAROCA
Pintura de una enorme
personalidad y de una reciedumbre representativa, a la cual se sacrifican,
singularmente en la segunda mitad del siglo XV, otros valores esencialmente
estéticos. El exponente de esta actitud estética es Bartolomé Bermejo, a quien
tendremos que considerar más que como promotor, como sumergido en ese gusto por
las formas netas y corpóreas típico del arte aragonés del último tercio del
siglo XV.
Como el discípulo mas excéntrico y temperamental de Huguet es
definido por Post el maestro de Morata de Jiloca, autor del retablo de los
corporales, de Daroca, del cual se exponen aquí dos paneles. Este
maestro, cuyo nombre deriva del retablo de la Ermita de la Vera Cruz, en Morata
de Jiloca, agudiza el patetismo dando a los rostros unos rasos que les deforman
y caricaturizan las expresiones. Se le ha considerado como una naturaleza
neurótica cercana al Greco por la turbadora extremosidad de sus rictus. Sus
facies parecen, a veces, paranoicas y estilísticamente esta cercano por la
violencia de sus caracteres al arte germánico. De este maestro se exponen aquí
dos paneles de un retablo, repintado y descompuesto y que ya fue estudiado por
Gabré. El más importante es el que
representa a D. Fernando el católico con su hijo. D. Juan, como donantes.
Bajo unas conchas ya renacientes y sobre unos años de oro, el Rey católico
aparece arrodillado, con una faz algo mas redondeada que en los retratos
habituales de este monarca. Esta obra se puede fechar hacia 1494.blo.
Don Fernando el católico, orante, con su hijo.,23x0,52.
Iglesia colegial de Daroca de una
serie de ocho tablas que, seguramente,
fueron partes del retablo relicario de las corporales; durante muchos años han
sido utilizadas, embadurnadas de pintura, como partes de armarios. Cuatro de
las tablas narran la historia de los corporales , dos llevan ángeles con los
corporales y las dos restantes, retratos de los reyes católicos: la reina
acompañada por la princesa doña Juana, y el rey por su hijo Don Juan. Ambos
están arrodillados vestidos con ricas telas de brocado, coronados, y tiene por
fondo un paño colgado y una concha o venera similar a la que hay en las tablas,
pero más parece tono de la época que coincidencia de una misma mano. El rojo
del manto es intenso y de gran belleza. El rostro parece querer dar sensación
de retrato y quizás el pensar en un pintor de cámara, es lo que ha hecho a
Sánchez Cantón atribuirlos a Pedro de Aponte, pintor real y aragonés. Pero si
dicho Aponte fuese- como ha llegado a sospechas- el que yo llamo Maestro de
Ambel, no hay posibilidad de atribución a un mismo autor de estas tablas de
Daroca y las pinturas de Ambel y Tarazona. Por otra parte, dicho maestro, sea o
no sea aponte, es más renacentista y mas tardío en general, que la fecha
posible de estas pinturas. La tabla esta
muy destrozada y perdida, pero con escasos o nulos repintes.
Escena de la tradición del sacro ministro de Daroca. El capellán escondiendo los corporales bajo
una piedra. Tabla. 1,41 x 0,52. Iglesia colegial de Daroca. Tabla dividida
en dos zonas. La inferior lleva dos
ángeles tenantes, arrodillados, con el escudo de los reyes católicos, sin la
granada, o sea, anterior al año de la conquista de la ciudad. La superior presenta en el primer
término un altar de campaña- con un cristo bajo dosel-, y junto a el un
sacerdote esconde los corporales bajo una piedra; en segundo plano, los
caballeros, revestidos ya de las armaduras, se agrupan junto al campamento,
prestos para entrar en combate; en el último término, paisaje con bosques y una
ciudad torreada. Escena muy pintoresca y vivaz, dinámica, con cierto tono
popular ilustrativo, de ejecución expresiva, pero un poco tosca, carácter que
se acentúa por los repintes y deterioros. Tabla
muy maltrecha.
José Camon Aznar :Exposicion
en Madrid de pintura medieval aragonesa. 1957.
El texto, es una
reelaaboración a partir del que D. José Camón Aznar hizo como introducción a la
exposición en Madrid en 1957 de pintura medieval aragonesa. La tabla”maltrecha”
por repintes y deterioros es la que presentamos en la serie de fotografías que
aparecen en la página del mismo título y que nos ha aportado D. José María de
Blas, darocense y socio de esta Casa de Aragón.
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